Pese a todo, aprendemos algunas cosas.
Aprendí que las historias no se cierran
que los cabos se dejan sueltos
que los destinos quedan inconclusos
aunque el universo de lo posible
me aterra.
Aprendí que los consuelos no se escatiman
que la soledad asusta,
enternece, ilumina,
coquetea,
alimenta algo
que no sé qué es, pero,
sin eso, me muero.
Aprendí que el tiempo no se pierde
(¿se transforma?)
que el dolor no se presta
ni se alquila
que lo que no te mata no te hace más fuerte,
a lo sumo,
te recuerda que estás vivo.
Aprendí que el humor te salva
(sí, hasta en los peores momentos)
y el amor te pierde
o te salva, no sé,
en realidad
amar es lo que te salva.
El resto es irrelevante.
4 comentarios:
"...lo que no te mata no te hace más fuerte,
a lo sumo,
te recuerda que estás vivo." → vivo, por sobre todas las cosas. Ser y sentir. ¡Persona que no siente no es persona! (El sur te inspiró
"quien se pase la vida
evitando soñar
bloqueando las ilusiones
para no verlas perecer[/...]"
No, querida.
Acá,
la alquimista de las palabras
sos vos.
Un poco y un poco, entonces.
Publicar un comentario