miércoles, junio 24

Y ahí donde todo se termina, aparecemos nosotros... ¿no es cierto?

Allí estábamos, justo donde todo se terminaba... Nos encaminábamos, despreocupados, quizás hasta un poco satisfechos de nuestra desición. Creíamos que lo habíamos visto todo, que lo habíamos conocido todo, y entonces no había más necedidad de seguir estando. Por eso nos íbamos, y sabíamos, o por lo menos pensábamos que no había nada detrás.

Lo cierto es que donde esperábamos no encontrar nada nos encontramos con un mundo totalmente nuevo. Nuevas cosas que ver, nuevas artes que dominar, nuevos sentidos que explorar, nuevos misterios que desentrañar, o más bien ir desentrañando... Me sería muy difícil ocultarles nuestro desconcierto ante la vorágine de objetos, de sensaciones, nuevos seres ignotos que habían allí donde no esperábamos encontrar nada. Incluso nos sorprendimos a nosotros mismos de la insólita alegría que sentimos cuando vimos todo esto...

¡Qué suerte que nos equivocamos!