domingo, enero 17

Acostándome

Y es hora de que sepas, ya que estamos,
que al terminar el día (si volvemos)
lo único que queda, bueno o malo,
para llevar al lecho
es:

El trabajo bien hecho y satisfecho,
los sueños del futuro a cuentagotas,
los proyectos donde no nos embarcamos,
las ganas de escribir, o de llorar,
la ansiedad de la persiana por cerrarse,
la extrañeza del terrible "pudo ser",
el frío de la cama sin tu sexo,
el tibio corazón arrepentido,
el peso del dinero bien ganado,
las putas ilusiones fracasadas,
las ganas de luchar, como si nada,
la rebeldía loca del amante
con el dolor atroz de lo pasado.

Y el sueño azul se funde, te condena,
te entrega a tus más quietas realidades
y amanece, por fin, un nuevo día,
que vas a disfrutar atentamente.

Que te va a atormentar/
alegremente.

No hay comentarios: