Despojo del ahora
que encuadra
la cualidad absurda.
Tormenta de palabras
que encuentran
sentidos nuevos.
Tus emociones presas
de un cruel tirano
que las mutila.
O bien las emancipa
para que azoten
a sus captores.
Y, ya sueltas, se entregan
al desenfreno
más olvidado.
Se enturbian en un rizo
marchito, yermo,
endurecido.
Hasta que, al fin, se extinguen,
dejando un cuerpo
hueco y vacío.
Estos sean, quizás,
los desencuentros
de tu locura.
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