sábado, abril 16

Entre mentiras

Una tristeza antigua,
infinita,
que no se entera de flores
ni de alcoholes.

Una tristeza seria,
solemne,
que no nos juzga sin antes
descubrirnos.

Una tristeza absurda,
sensible,
que se resiste a tenernos
simpatía.

Una tristeza
dulce, tibia,
limpia,
que no encuentra los momentos
ni precisa de motivos,
que juega a distraernos
del apuro,
que mezcla las desgracias
con suspiros,
que baila las novelas
de los cuerdos
y nos masacra adusta
y entre velas.

Y ríe a su confort
nuestra amargura
de sueños que no son
y que vacilan,
de aromas del pasado
que ensombrece
y, tórpidas maniobras
del instinto
que busca, inexorable,
arrebatarse.

Una tristeza sola,
amiga,
derrumba nuestras negras realidades
y nos invita a cenar
entre mentiras.

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