jueves, marzo 17

Tristezas y alegrías

Coexisten risas y llantos
porque no hay vida sin tregua,
y entre tanta vida a secas
simple, cruel, amiga y terca,
alegrías y tristezas
dolor e infelicidades
son el farol que nos cerca.

La risa es risa sin gesto
sutil, calma, enlentecida,
regalada a aquellos pocos
lugares donde parece
que estamos viviendo un poco
o, mejor, que suspendemos
la  vida por un momento.

El llanto es llanto sin lágrimas
sin distracción ni refugio
el dolor es quien conquista
de a poco tus emociones.
Llorar es faltar honores
a tan bella sensación
de miseria, nada y muerte.

No hay lujo más delicado
que reír a cuentagotas
y ahorrarnos felicidades.
No hay placeres más oscuros
que asumir las realidades:
sufrir es una constante
(nunca faltan los motivos).

Cuando de dolor se trata
una sombra nos invade
nos embellece, nos limpia,
y, un poco, nos olvidamos:
vivir es también morir
poco a poco, paso a paso,
llanto a llanto y goce a goce.

No se vive de dolores.
Sí se vive de alegrías
y son aquellos momentos
pocos, siniestros y únicos
distintos uno del otro
que nos llevan a otro mundo
donde perplejos, absortos,
pensamos por un instante
"esto es, de veras, vivir"
y las palabras no alcanzan
ni las risas, ni las lágrimas,
y tontamente callamos
hasta que el momento pasa
y nos hubiese gustado
aferrarnos locamente
encarcelar el momento
alimentarlo, mimarlo,
retenerlo para siempre
fuertemente entre las manos
y nunca dejarlo ir.

Pero esos momentos pasan
y se van dejando estela
y volvemos, tristemente,
con pocas expectativas
al devenir de la vida
esperando, como siempre,
sus tristezas y alegrías.

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